BIENVENIDOS

¿Cómo estamos?, bienvenidos compis de Psicopedagogía os saluda José Antonio (Educación Física).

Bienvenidos al blog "La Psychepaidogogia de Lija", gracias por estar aqui, vuestro impulso nos hará mejores educadores.

Ayúdanos a conectar sólo por ti existirá.

Necesitamos muchas manos, pero un sólo corazón para poder intentar una psicopedagogía y educación versátil.

Abrir vuestras mentes, llenaros con un soplo de educación que desalojen los fantasmas cotidianos.

Ayúdanos a construir hoy "La Psychepaidogogia de Lija" se hace para ti. A los compis de psicopedagogía...

¡¡Bienvenidos Bienvenidos!!

"Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica:...la voluntad" (Albert Einstein)

rolling4489@hotmail.com

Licencia Creative Commons
La Psychepaidogogia de Lija por José Antonio Rocamonde Gálvez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España.

domingo, 9 de mayo de 2010

B4 Algunos retos pendientes de la profesión de enseñar

¿Qué demanda la nueva cultura digital al profesorado y cómo puede esta contribuir a paliar los efectos excluyentes de la brecha digital?

La cultura escolar proporciona una identidad a los miembros del centro educativo. Se puede decir, en efecto, que gracias a la cultura cada institución posee un conjunto de rasgos que la diferencian de las demás. Por grandes que sean las semejanzas entre centros, siempre habrá algunas diferencias significativas que permitirán hablar de idiosincrasia escolar. Cualquiera que sea el origen de las particularidades: la ubicación del establecimiento, las enseñanzas que se impartan, el estilo de dirección, las características de los alumnos o de los profesores, etc., lo cierto es que cada centro tiene su propia cultura. Asimismo, aunque en una megainstitución hallemos diversas subculturas también debe haber algún elemento vertebrador que nos remita a la idea de cultura única, por heterogénea que sea; de no ser así, habría que pensar en un proceso de desintegración organizacional y cultural.

En virtud a ello, la presencia de las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza es un hecho inevitable al cual no debemos hacer oídos sordos, lo que provoca un cambio en la praxis educativa. Como docentes debemos evitar un planteamiento reduccionista y simplista. Las nuevas tecnologías constituyen un nuevo reto docente al que hacer frente, es de vital importancia una formación del profesorado bajo un enfoque de socialización crítica que supere la irreflexión. Debemos desde nuestra posición privilegiada, potenciar el poder emancipador de la escuela y como herramienta privilegiada las TIC’s.

Estamos en consonancia con la idea de Zeichner (1983), donde nos señala ciertos efectos sociales que poseen las TIC’s en nuestra sociedad: exclusión sociocultural. Pero creemos, que su omnipresencia no es un acicate para la igualdad de oportunidades, democratización, etc.; para ello, nuestra labor docente resulta primordial como función social compensadora de desigualdades de acceso a la tecnología, aquí está nuestra verdadera responsabilidad.

     ¿Pero realmente estamos preparados para hacer frete a todo ello, cómo paliar esos efectos excluyentes?. Debemos superar la cultura individual por la cultura colaborativa, reflexiva crítica, optar por su dimensión social. Como nos comenta los diversos autores del texto “TIC’s es una nueva  forma de estar en el mundo, otra cultura”. Debemos alfabetizarnos digitalmente constituyendo un valor añadido. Son necesarias nuevas políticas de formación del profesorado en nuevas tecnologías que vayan más allá de las dimensiones puramente instrumentales, para paliar la exclusión que produce la brecha digital. Este sin lugar a duda, constituye, el gran reto de la educación del tercer milenio.

¿De qué modo contribuirían los procesos reflexivos que hemos ido comentando en la asignatura a la toma de conciencia del profesorado sobre la diversidad cultural y su necesaria atención, para profundizar en el desarrollo de un currículo integrado e intercultural, así como de una escuela más inclusiva, plural y democrática?

Resulta acertado lo que nos comenta Kansanen (1991), el problema básico de la formación del profesorado es ayudarles a formarse sus propias ideologías pedagógicas, que les habilite como profesionales autónomos, con capacidad para planificar su trabajo, asumir la responsabilidad de los procesos y resultados educativos, y ofrecer razones pedagógicas, no sólo intuitivas, sobre su actividad docente.

La clarificación de los propios valores y creencias, constituyen una responsabilidad moral y pública, profesional, que debemos deliberar en nuestras acciones educativas. Debemos tomar conciencia del bagaje de conocimientos, creencias, actitudes, percepciones... que subyacen en nuestra mente y del que surgen de manera espontánea sus intuiciones cuando tiene que actuar y tomar decisiones en la práctica educativa cotidiana.

Nos dejamos llevar por los prejuicios, primeras impresiones, atribuciones causales, que no hacen más que sesgar nuestra práctica educativa. Para evitar todo ello, la toma de conciencia, entendida como una forma reflexiva de pensar, aunque no asegura el cambio de las actitudes viciosas relativas a la educación multicultural, si constituye un primer paso para ello.

La reflexión crítica contribuirá sin lugar a dudas, a tomar conciencia de la necesidad de dar respuesta a este nuevo fenómeno que inunda nuestras escuelas. Debemos optar por una estrategia intercultural, que deje de lado modelos educativos basados: No hacer nada, marginación, asimilación, el pluralismo cultural o multiculturalismo.

La interculturalidad se refiere a la conflictiva convivencia de distintas culturas en un mismo entorno. Este entorno es el propio de una de estas culturas, que reconocemos dominante, en tanto que las otras culturas se encuentran en minoría. En España tenemos un "pluralismo sociocultural", cada grupo sociocultural es dominante en su región (¿país, autonomía, nación?), y el resto debe "adaptarse" a sus peculiaridades. Pero por muy maleable que sea la capacidad de adaptación de unos y otros, toda convivencia intercultural, como toda diferencia, es en principio conflictiva. Esto no debe suponer un rasgo negativo, todo lo contrario, diríamos que "el conflicto es el camino natural hacia la convivencia pacífica", por cuanto como reto puede y debe ser superado, enriqueciendo a cuantos así lo logran y empobreciendo a quienes no consiguen superar las barreras diferenciales.

Normalmente no somos conscientes de los valores que culturalmente transmitimos, porque suelen ser los valores de la cultura dominante a la que pertenecemos, están en nuestra forma de ser y pensar, y la costumbre nos impide darnos cuenta.

Según combinemos en mayor o menor grado el deseo de conservar o eliminar la identidad cultural del inmigrante y valoremos o no lo positivo de las relaciones interculturales, tenderemos a integrar o marginar, asimilar o a separar, o incluso una quinta posibilidad, negar o ignorar la existencia de otras culturas. Esto va a motivar diferentes actitudes de la sociedad que se manifestarán, a su vez, en distintos enfoques o modelos educativos, como antes señalamos.

¿Cómo deberían afectar dichos procesos reflexivos a las culturas de trabajo de los docentes?

La cultura docente presenta un contenido (actitudes, valores, creencias, hábitos, y supuestos sustantivos compartidos por grupos de docentes o extendidos en la comunidad docente) y una forma (patrones de relación y formas de asociación entre los docentes) (Hargreaves, 1996). Las formas que podemos encontrar en la cultura docente son las siguientes:

1. Individualista. Se caracteriza por una carencia de análisis conjuntos, una falta de inquietud por compartir ideas y experiencias, la ausencia de cierta necesidad por indagar y ampliar la propia profesionalidad. Sin embargo, este individualismo de los docentes no puede ser considerado como un déficit psicológico, sino que puede tener sus causas en limitaciones administrativas o espaciales y temporales (individualismo restringido) o puede ser una respuesta a las contingencias cotidianas del ambiente laboral (individualismo estratégico) o porque realmente se prefiera trabajar en soledad, ya que de ese modo se trabaja mejor (individualismo electivo). Hargreaves justifica la cultura individualista y la defiende en muchos casos como expresión de puntos de vista alternativos o minoritarios que rompen y cuestionan los consensos fácticos, la colegialidad artificial.

El individualista se aplica a la persona que obra según la propia voluntad, sin contar con la opinión de los demás individuos que pertenecen al mismo grupo y sin atender a las normas de comportamiento que regulan sus relaciones: es un director muy individualista que jamás atiende a las ideas de sus colaboradores. Se aplica a la persona que obra según su propio interés, sin tener en cuenta el de los demás. Se aplica a la persona que es partidaria del individualismo (doctrina filosófica).

El individualismo ético sostiene que la moral es un asunto esencialmente individual. La fuente de la moralidad, es decir, de los valores morales, de los principios éticos y el creador de los criterios de evaluación moral es el individuo. La persona es el árbitro de los valores morales porque goza de autonomía y dignidad. Esta idea es una consecuencia de la teoría moral kantiana, ya que sólo las personas individuales pueden juzgar la universalidad de sus acciones.

2. Balcanizada. Consiste en trabajar en pequeños subgrupos dentro de la comunidad escolar. La socialización y la formación se producen dentro del propio subgrupo, de manera que lo que los profesores llegan a saber, creer y pensar varía considerablemente dentro de cada subgrupo (permeabilidad reducida). Los subgrupos tienen una permanencia duradera. Además, la estructura de la formación docente, segregada en áreas de conocimiento, contribuye a la balcanización y los ascensos, recursos y categorías se conceden dentro de cada subcultura.

La balcanización de la enseñanza.- Hargreaves y Macmillan (1999, 235-263) analizan un tipo de relación que divide, que da lugar a subgrupos aislados y enfrentados en el seno de la institución escolar. Esta modalidad cultural “balcanizada” se caracteriza por el trabajo en pequeños grupos a partir de cuatro notas: permeabilidad reducida, permanencia duradera, identificación personal con las subcomunidades y carácter político.

3. Colaboración y colegialidad: “hacen que el desarrollo del profesorado trascienda la reflexión personal e idiosincrásica y la dependencia de expertos externos, hasta un punto en el que los docentes pueden aprender unos de otros, poner en común su pericia y desarrollarla juntos” (210). El problema es que frente a una colegialidad espontánea y natural, la administración impone la colaboración artificial, configurándose con características opuestas.

¿Qué aportan o dejan de aportar, según tu experiencia, este tipo de cursos o asignaturas a esos propósitos?


Al alcance de la cultura escolar:

ü  Aglutina aspectos complejos de diversa naturaleza (cognitiva, afectiva, ética, estética, social, conductual...). La cultura es unitaria y plural, por cuanto es un entramado heterogéneo de conocimientos, creencias, sentimientos, actitudes, valores, gustos, relaciones, costumbres, rituales, etc.

ü  Entre cultura y escuela hay íntima relación. La cultura escolar es educativa en el sentido de que cala en la personalidad. Por otro lado, cada miembro de la comunidad contribuye con su sello a generar esa cultura.

ü  La cultura escolar depende estrechamente de las personas que constituyen la comunidad educativa, pero también de la sociedad en que se encuentra la institución.

ü  La cultura escolar es el resultado de significados que se seleccionan, intercambian y propagan.

ü  Desde la antropología educativa el concepto de cultura escolar se torna imprescindible para el análisis y la mejora del proceso formativo, porque brinda claves sobre la gramática y la semántica institucional.

ü  Cada comunidad educativa posee su propia cultura escolar. Por más que haya ciertos “universales culturales”, cada institución escolar tiene su idiosincrasia, es decir, su “singularidad cultural”.

ü  La cultura escolar penetra por todos los rincones del centro educativo. Ejerce, de hecho, un impacto (patente y latente) en el proceso formativo.


Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto, pensamos que debemos optar por una cultura escolar colaborativa de índole natural, caracterizada por la espontaneidad, voluntariedad, orientada al desarrollo, omnipresente en tiempo y espacio e imprevisible. La transformación de los roles y del trabajo docente constituyen una baza a tener en cuenta, reconstruyendo el sentido de comunidad. Crear nuevas redes no solo con tu propio centro sino con los de tu entorno desde un modelo de relación interinstitucional. Sin embargo, queremos dejar constancia de que no nos debemos conformar exclusivamente con una cultura colaborativa que se base en lo meramente superficial de la relación y trabajo docente, sino debemos ir más allá en virtud de una cultura cooperativa (metáfora de “todos para uno y uno para todos”).

¿Cómo valoras esta asignatura y qué propuestas se te ocurren para mejorarla?

En líneas generales el planteamiento de la asignatura nos parece sumamente acertado, a pesar de ello quisiéramos realizar algunas recomendaciones: fomentar más la interacción entre los distintos compañeros  a través de dinámicas de grupo donde pongamos en común nuestras diversas ideas sobre los contenidos tratados. No limitarnos exclusivamente, a que un compi pida la palabra para hablar y demás escuchen. Resulta paradójico, que nos vamos a ir de la carrera sin dirigirle la palabra a muchos de ellos.

 La realización del bloc, sin lugar a dudas ha sido todo un acierto, también demandamos más exposiciones de los trabajos en clase por parte de los diversos grupos.

            En definitiva, una experiencia gratificante y enriquecedora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario