Hacia un diagnóstico alternativo.
Respecto al diagnóstico y evaluación no existe una frontera natural ni una argumentación objetiva que nos lleve a manifestar que estamos hablando de concepciones distintas. La finalidad básica a la que responde los dos: clarificar problemas, dilemas y tensiones asociados a determinadas prácticas educativas.
El diagnóstico tradicional ha estado caracterizado por centrarse en el “niño con problemas” individulamente, describiendo y categorizando los problemas. La capacidad o el potencial para aprender permanece fijo e invariable. La medición del rendimiento se ha llevado a cabo a través de los tests de inteligencia, como un medio para clasificar a los alumnos y derivar.
Con el propósito de unir diagnóstico y educación, nace en 1960 un nuevo modo de diagnóstico, el prescriptivo una alternativa al modelo tradicional antes comentado a los tests clásicos de inteligencia. El diagnóstico prescriptivo, pretende incorporar la intervención educativa utilizando los tests de subhabilidades y el análisis de tareas. A pesar de todo, sigue teniendo algunos “vicios” del tradicional, una de las críticas más destacable es su descontextualización.
Durante la década de los 70 surgen en Estados Unidos dos derivaciones procedentes del diagnóstico prescriptivo: diagnóstico basado en el curriculum DBC y la instrucción directa ID. Ambas no constituyen un diagnóstico alternativo DA como tal, pero contribuyó a su desarrollo. Sin embargo, un punto de inflexión que contribuyó de manera inexorable al DA fueron el constructivismo y los modelos ecológicos y situacionales.
Como herramienta del DA nace la evaluación alternativa, como un proceso donde vincular evaluación y enseñanza, donde ciertos principios descansan sobre las teorías congitivas del aprendizaje. Con todo ello nos enfrentamos a las nuevas exigencias de la educación y la sociedad.
Hoy en día en el Sistema Educativo, la evaluación se concibe como aprendizaje y para el aprendizaje. Dentro de la educación universitaria nace la evaluación orientada al aprendizaje e-EOA en un contexto de indagación, innovación y cambio educativo, dando importancia a las TICs en un nuevo marco de enseñanza-aprendizaje. Dentro de la evaluación centrada en el aprendizaje surgen estrategias y técnicas muy interesantes.
¡¡Mueran las cuentas, vivan las matemáticas!!
Varios profesores de la provincia de Cádiz experimentan una nueva fórmula de enseñar a calcular a los alumnos de Primaria · El sistema, creado por el inspector Jaime Martínez, convierte las operaciones en juego
Damos por hecho que las cosas son como son, que siempre han sido así porque no pueden ser de otra forma. Por ejemplo, las cuentas. En el siglo XVII, uno de los siglos dorados del cálculo, el siglo de las elucubraciones de Leibniz y Descartes, se diseñaron formas y trucos para facilitar contabilidades de los comerciantes. Las cuentas. Sumar, restar, multiplicar y dividir. Desde entonces, para muchos estudiantes las matemáticas son una tortura, un sinfín de signos abstractos que se relacionan entre ellos, pero no se relacionan con ellos. Un término que es un enigma: "... y me llevo una". Puede parecer una tontería. No lo es. "El gran escollo de Primaria para los chavales es la resta con llevadas. No es un cálculo natural y es el inicio de un desencuentro con las matemáticas", explica Encarni, profesora de 4º del colegio Regio, de Puerto Real. Al final, todos convivimos con el enigma hasta que el enigma se convierte en un fósil del pasado. Nadie hace cuentas después de su etapa escolar. Los españoles pasamos nuestra niñez haciendo cuentas y los informes PISA dicen que nuestros chicos se despeñan en matemáticas.
